13 may 2010

HOW TO - CHOOSE THE PERFECT SHIRT



En esta nueva sección, la idea es darles consejos sobre distintas prendas, como aprender a elegir las mejores, como usarlas, los códigos de vestimenta y otros detalles que hacen a la hora de vestir, el saber llevar un look impecable.
Hoy el issue va dedicado a la camisa perfecta, cuales son los detalles a tener en cuenta para saber encontrarla?... A continuación..


EL CUELLO



Una buena camisa de vestir debe siempre ballenas tener cuando su cuello lo requiere.
Este es el caso del cuello ingles o del cuello italiano.
En cambio las mismas no son adecuadas para los cuellos blandos de aquellas camisas que tienen botones en el frente del cuello.
Generalmente son de plástico, aunque algunos camiseros las ofrecen de metal.
La idea de las mismas es darle al cuello una curvatura necesaria para evitar que las puntas se levanten de forma desprolija en especial cuando se lleva con corbata.

LA ESPALDA



El origen del canesú de la espalda partido por la mitad se remonta a la camisería tradicional.
El mismo sirve para adecuar la camisa a la estatura del hombre, ya que como todos sabemos, la altura del hombre es desigual.
En las camisas de confección, el canesú de la espalda solo es un detalle que aporta estilo y sugiere una buena confección.
Es por esto que este detalle tiene costos elevados, ya que al hacerlo en una gran cantidad de camisas, el costo de cada costura adicional y corte de la tela para que el estampado coincida es mucho.

EL ESTAMPADO



Solo en una buena camisa de confección, en general en las hechas a medida, se procura que el estampado coincida en cada unión, como por ejemplo entre el hombro y la manga.
En las partes donde la camisa presentara mayor desgaste, debe tener doble costura, para esto, se cosen las dos partes, se les da vuelta y se vuelven a juntar.
Aunque es un procedimiento que lleva mucho tiempo, el mismo hace que la camisa consiga mucha resistencia en el uso cotidiano.

LA COSTURA



Cuantas más puntadas tenga una costura, mayor aguante tendrá la prenda.
Una buena camisa, tiene que contar con unas ocho puntadas por centímetro.
Siempre se cose con una sola aguja, incluso en las costuras dobles paralelas.
La ventaja de esto es que las costuras son mas precisas y que el tejido que hay en medio no se arruga al lavarlo.
En las camisas de menor calidad, este acabado paralelo se hace con dos agujas simultaneas que lo hacen en la mitad del tiempo.
En las buenas camisas no se ahorra tela para evitar que sobresalgan del pantalón, tanto de adelante como por detrás.
La pieza trasera suele ser un poco mas larga que la delantera para que se consiga una excelente postura incluso al agacharse.
El largo se considera correcto cuando al usarla, ambas partes son igual de largas.

LOS BOTONES



Una buena camisa tiene que llevar botones de nácar, aunque en la actualidad los mismos ya no se consiguen con facilidad.
Estos botones son tan duros que son capaces de romper la aguja de una maquina de coser.
Antiguamente, la tapeta (que es la parte con ojales donde se prenden los botones) se hacia con una pieza te tela adicional que se colocaba por encima.
Hoy en día, se dobla la tela para hacerla.
Indudablemente una tapeta doble parece mas estable en una camisa pero la hace mas rustica por lo que la mayoría tienen tapetas simples.

LA TERMINACION



En el ángulo entre la parte trasera y la delantera, a menudo se pone una pieza triangular que las une como refuerzo.
Este detalle se ve en las buenas camisas, incluso hay marcas como THOMAS PINK en las cuales el triángulo es rosa como referente de la marca hacia sus clientes.

EL PUÑO



En las buenas camisas la unión de la manga con el puño debe presentar varios pliegues.
En general hay un botón mas pequeño adicional por encima del puño, que evita que la camisa se abra por el costado, algo que en general queda feo y que permite arremangarse la camisa cuando esta abierto.
En las camisas de calidad superior el ojal esta puesto en horizontal y no en vertical, obviamente que en estas camisas el ojal esta cosido a mano.

FOTOS Y FUENTE: Der Gentleman, Bernhard Roetzel.